En scob desarrollamos proyectos de arquitectura y paisaje de manera transversal, donde las dos disciplinas se funden en una sola, creando nuevos vínculos con la naturaleza, la ciudad y los lugares que habitamos.
En scob desarrollamos proyectos de arquitectura y paisaje de manera transversal, donde las dos disciplinas se funden en una sola, creando nuevos vínculos con la naturaleza, la ciudad y los lugares que habitamos.
Revitalizamos los hábitats donde intervenimos
Innovación empática
En scob revitalizamos los hábitats donde intervenimos con empatía hacia los usuarios, el entorno físico y natural; también hacia la cultura, el sentimiento y la memoria colectiva. Innovamos desde la relación y el entendimiento del otro, para construir conjuntamente un lugar común donde la arquitectura y el paisaje se entrelazan sin distinción.
Trabajamos con la voluntad de influir de manera positiva en todos los lugares donde actuamos, siendo la empatía la herramienta transformadora clave en nuestras propuestas de innovación.
En scob revitalizamos los hábitats donde intervenimos con empatía hacia los usuarios, el entorno físico y natural; también hacia la cultura, el sentimiento y la memoria colectiva. Innovamos desde la relación y el entendimiento del otro, para construir conjuntamente un lugar común donde la arquitectura y el paisaje se entrelazan sin distinción.
Trabajamos con la voluntad de influir de manera positiva en todos los lugares donde actuamos, siendo la empatía la herramienta transformadora clave en nuestras propuestas de innovación.
Procesos de identidad
Desde los discursos sobre la periferia, la ciudad genérica, la urbanalización, la gentrificación, o el apocalipsis climático, no ha habido más que malas noticias para las ciudades. Tomar conciencia de nuestras acciones, con relación a lo que podemos provocar a nuestro alrededor, es aproximarse a una idea positiva de empatía, de libertad, de optimismo.
La rehabilitación del edificio Aribau 195, en Barcelona, hace de la necesidad de renovación una oportunidad de reconciliación. Mediante la integración de la fachada en la trama urbana y la incorporación de un jardín en el interior de manzana, se avanza en la reconquista del espíritu original del ensanche Barcelonés, asociado a valores compartidos con los actuales como la integración, la salud, la prioridad para las personas y la importancia de los espacios verdes.
La calidad de los espacios de trabajo y su valor diferencial influyen cada vez más en la retención y en la captación de talento de las empresas. Los empleados, cansados de la uniformidad y la banalización provocada por la globalización, buscan sentirse identificados con los espacios físicos que ocupan y con su experiencia única de carácter local.
La revitalización patrimonial de la casa Pich i Pon de Barcelona, como espacio de trabajo flexible (LOOM), ha recuperado los valores esenciales del movimiento novecentista asociados a la razón, el orden, la serenidad la medida y la claridad. Las empresas que se han instalado aprecian esos valores hasta el punto de haberse convertido ellos mismos en embajadores culturales de su lugar de trabajo.
La rehabilitación de edificios se postula como el agente más influyente y necesario en el camino hacia una transición ecológica, con el fin último de alcanzar los objetivos europeos de neutralidad climática para 2050.
Las intervenciones en los edificios Estruc 9 y Aribau 195 acercan ese futuro a la actualidad, incidiendo en temas como la minimización de la huella de carbono, la movilidad sostenible, la reducción del consumo de energía, el aumento de la biodiversidad, la mejora de la calidad del aire, la importancia de la luz natural y el bienestar de las personas. La rehabilitación de Aribau 195 ha conseguido las certificaciones LEED PLATINUM y WELL GOLD.
El Port Vell de Barcelona fue pionero en la reconversión de sus instalaciones industriales en espacios públicos y equipamientos para la ciudad. Desde entonces todas las grandes ciudades portuarias del mundo se han sumado a esta iniciativa, con el objetivo de mejorar las relaciones entre puerto y ciudad, y diversificar su aportación a la Economía Azul.
La propuesta para el Blue Tech Port, en las antiguas naves del muelle de Sant Bertran, y la reforma integral de la Marina Port Vell, ambas en el puerto de Barcelona, promueven la recuperación del patrimonio industrial, la identidad mediterránea de la ciudad, el avance científico y tecnológico, así como la innovación colaborativa relacionada con la Economía Azul.
La prefabricación presenta una gran oportunidad para reducir los impactos de la construcción, si tenemos en cuenta que la materialización de la envolvente de un edificio es, después de la estructura, la capa que genera más emisiones de CO2.
La scob lattice es el primer modelo de fachada prefabricada comercializada por Escofet, una de las empresas de referencia mundial en el diseño urbano. Su concepción atemporal, neutra, adaptable, pero también sugerente, suave y luminosa, hacen de la scob lattice un diseño adaptativo que permite imaginar usos diversos, y una vida más allá de su primer cliente.
Por su condición de clima templado, las regiones mediterráneas han dado origen a diferentes culturas con un denominador común: la vida transcurrida entre el interior y el exterior. Esta condición particular ha caracterizado a las sociedades mediterráneas como afables, alegres y sanas.
Los proyectos de la Marina del Port Vell de Barcelona y la casa Cateura en Menorca rescatan esos valores, hoy más necesarios que nunca, profundizando en la estrecha relación entre interior y exterior, entre arquitectura y paisaje, que tanto identifica a la Mediterraneidad.
La agenda 2030 recalca, en hasta 5 de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, la importancia de la protección del patrimonio cultural por sus beneficios asociados a la educación, la identidad de las comunidades, la producción y el consumo responsables, la paz, la justicia y la cooperación.
Proyectos como las intervenciones paisajísticas en las hosterías Terra Dominicata (Priorat), y Can Farrés (Montserrat), se han hecho con el máximo respeto y voluntad de continuidad hacia el entorno, la arquitectura y las costumbres de los pueblos cercanos. Los materiales, los colores, la vegetación, las texturas, así como las técnicas de construcción empleadas, son herederas del lugar y de su patrimonio histórico y cultural.
Los últimos avances están considerando los refugios climáticos en el contexto de un enfoque multifacético, a largo plazo y basado en redes, como gradientes temporales y espaciales de persistencia ecológica que pueden actuar como "carriles lentos" en lugar de áreas de estasis.
Las Islas climáticas de Port Vell de Barcelona se encadenan en un recorrido en la frontera difusa entre puerto y ciudad atendiendo a la teoría ribbon of pearls, o parches de cierta relevancia ecológica, que unidos como stepping stones (Richard T. T. Forman) regalan lugares de encuentro, descanso y recreo a la vez que mejoran la conectividad ecológica y la biodiversidad urbana.
Los espacios públicos de los centros de nuestras ciudades están sometidos a enormes presiones en todos los sentidos, tanto para privatizarlos como para socializarlos, tanto para dinamizarlos como para pacificarlos, tanto para humanizarlos como para animalizarlos y reverdecerlos.
Las actuaciones en la plaza Urdanibia de Irún y la plaza Mayor de Òdena responden a esta condición contemporánea con el vacío y el silencio. Solo desde esa posición de neutralidad y factibilidad se pueden dar las condiciones para que todos vean que todo está por hacer y que todo es posible.
Son muchas las teorías que enfatizan la ecología, los factores político-económicos o las industrias culturales, pero también hay otras corrientes que sostienen que las ciudades están moldeadas por identidades colectivas, memorias compartidas, culturas de grupo e historias locales.
Los Landskateparks representan una nueva alternativa contemporánea del espacio público. No son un juego ni una zona deportiva; no son tampoco una plaza o un parque; son todo eso a la vez. Estos nuevos lugares, integrados en el paisaje social y urbano de las ciudades, han generado infinidad de nuevas y enriquecedoras dinámicas sociales y urbanas.
La lucha contra la sequía se ha convertido en una prioridad en muchas regiones del planeta, especialmente en las de clima mediterráneo. La poca agua que cae es un bien muy preciado que no puede malbaratarse.
Propuestas como la del barrio de Riudaura en Playa de Aro (Girona), el parque de Can Tarrés en la Garriga (Barcelona), o el acceso al parque natural de la Garrotxa (Girona) llevan al extremo los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, como substituto generalizado de las redes convencionales de alcantarillado, aprovechando hasta la última gota de lluvia para dar vida al subsuelo, como base necesaria para el desarrollo de hábitats urbanos más resilientes y con más capacidad para ofrecer servicios ecosistémicos a la población.
La salud humana, la de las plantas y la de los animales son interdependientes y están ligadas a la salud de los ecosistemas en los que conviven. Así define el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el concepto contemporáneo de Salud Planetaria.
El proyecto para el parque de los Tres Turons de Barcelona, no se basa en la transformación, es decir, en la acción de pasar de una forma a otra, si no en prender procesos de autoregeneración que mejoren la biodiversidad y los servicios socioambientales, con el objetivo de conseguir un espacio de alto valor ambiental para el uso compartido entre humanos y no humanos.